sábado, 14 de marzo de 2015

Druidas. El Arte de los Sabios



Para los Druidas antiguos la Naturaleza era la fuente de todo su conocimiento y veneración. 
 Sus ritos no precisaban de templos construidos por el hombre. 
Lugares sagrados eran los bosques y las montañas brumosas, los acantilados y todos aquellos que lugares que emitían un vórtice de energía proveniente de los Elementos. 


Eran filosofos, teologos, conocedores de la astronomia, la botanica y la medicina. Sus opiniones eran de gran peso dentro de la comunidad ya que estaban considerados sabios.
Creían en los tres reinos, el de la Tierra, el de los Mares y el del Cielo. Cuerpo, sangre y Aliento.

 Para ellos, el uso de la magia y el culto a sus dioses era algo cotidiano y natural.
Lugh el dios Solar, Danna la Madre Primordial, Belenos Dios de la juventud, Cernnunos Dios de las Bestias Salvajes, Damona, diosa de la Salud y la Fertilidad, estas  y muchas mas deidades figuraban en su panteón.
Aunque los nombres podian cambiar dependiendo de la region, siendo los mismos dioses.

Sus fundamentos eran por este orden: 
Honrar a los dioses, no hacer el mal y cultivar el valor.

 No creían en el infierno ni en el concepto de pecado.

Gran importancia tenia mantener la paz y el arraigo dentro de la comunidad  y celebraban juntos los ciclos del Sol y de la Luna, de las estaciones o equinoncios, los nacimientos, bodas y funerales reunidos en en estos lugares sagrados.
Hombres o mujeres podían ser por igual sacerdotes u oficiantes en sus ritos. 
El báculo o varita, el caldero, la hoz de oro eran sus sencillas herramientas mágicas.

Conocían el lenguaje de los animales y de los arboles y siempre estaban atentos a lo que acontecía a su alrededor.
En el vuelo de un águila, el canto de un pájaro o en el crujir de una rama podían interpretar  augurios o mensajes.



Merlín El Encantador



Gandalf el Gris 


Realización de las ceremonias

Apertura

En esta fase se habla sobre el propósito del ritual ante la comunidad y ante los espíritus y deidades

Bienvenida de los espíritus
En esta fase se da la bienvenida a los espíritus que nos acompañaran en el ritual, los espíritus de la tierra, los ancestros y las deidades


 Honrar a las deidades y abrir las puertas al otro mundo
En esta fase se honra a las deidades particulares que nos asistiran en el ritual, también puede ser común, si es congruente con la teología de quien realice el ritual dar las gracias y pedir la bendición del Dios supremo o patrón del Druida o Druidas.
Posteriormente se pide respetuosamente a Mannannán Mac Lir, cuidador del portal entre los mundos que abra el portal entre los mundos.

 Centrarse en los tres Reinos
Reconocer la existencia de los tres reinos y sus virtudes, así como situarse espiritualmente en el centro de ellos.
 Encender la luz sagrada
El fuego es el espíritu transformador, es común en todos los rituales encender un fuego sagrado y reconocer su luz transformadora

 Purificación
Con el uso de humo y agua se purifican las herramientas y a los asistentes del ritual
 Honrar y unificarse con la tierra
En todo ritual Druida se honra y se busca la unificación con la naturaleza
 
Cuerpo del ritual
La intención de por que se está haciendo el ritual se ve presente en esta fase
 Ofrecimiento de las ofrendas
Se ofrecen ofrendas a los espíritus, deidades y a los Aes Sídhe.
 
Poesía y canto
En esta fase la comunidad puede aprovechar para recitar poemas o canciones apropiadas para el momento, es parte de las ofrendas que se realizan y también del trabajo comunitario.
 
 Gracias y Conclusión
En esta fase se agradece a los espíritus y deidades por haber asistido al ritual, se les dice hasta pronto y se cierra la conexión con el otro mundo agradeciendo a Manannán su intervención y la(s) Deidad(es) suprema(s) por permitir el ritual.
 
 Fiesta
Es común dentro de las comunidades Druidas hacer una fiesta al concluir el rito formal, compartir la hospitalidad y realizar actividades en común.






Sostenemos el mundo con las palabras

Oración a la Mañana


 Amanezco hoy
por la fuerza del cielo, la luz del sol,
el resplandor de la luna,
el esplendor del fuego,
la velocidad del rayo,
la rapidez del viento,
la profundidad del mar,
la estabilidad de la tierra,
la firmeza de la roca,
amanezo hoy,
por la fuerza secreta del Dios que me guia.



BENDICIÓN

Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que nunca quieras vivir tanto como vives.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron.
Pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron.
Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos.
Pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo.
Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron
Pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.
Que el día más triste de tu futuro no sea mayor a la felicidad del día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer,
Una luna llena en una noche oscura,
Y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que haya una generación de hijos en los hijos de tus hijos.
¡Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte!
Que el Señor te guarde en Su mano y nunca apriete mucho el puño.
Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen,
Que los ángeles te protejan, y que el cielo te reciba,
Que la fortuna de las colinas irlandesas te abracen.
Que las Bendiciones de los Dioses te contemplen.
Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero,
Que la buena suerte te persiga, cada día y cada noche.
Muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto a la fogata,
Risas para consolarte y aquellos a quienes amas cerca de ti,
¡Y todo lo que tu corazón desee!
Que Dios esté contigo y te bendiga,
Que veas a los hijos de tus hijos,
Que el infortunio sea pobre, seas rico en bendiciones.
Que no conozcas nada más que la felicidad
Que desde este día en adelante, Dios te conceda muchos años de vida.



Me levanto hoy
por la fuerza de dios que me dirige,
el poder de dios que me sostiene,
la sabiduría de Dios que me guía,
el ojo de Dios que me mira,
El oído de Dios que me oye,
las palabras de Dios que me hablan,
la mano de Dios que me cuida,
el camino de Dios que aparece ante mi,
los escudos de Dios que me protegen,
las huestes de Dios que me salvan,
de las trampas de los demonios,
de las tentaciones de los vicios,
de todo el que me desee el mal,
lejos y cerca,
solo y entre la multitud

















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